La abuela nos cuenta hoy: Todo sobre los años bisiestos

Los años bisiestos

¿Qué es un año bisiesto y por qué se da?

Año bisiesto es una expresión que deriva del latín “bis sextus dies ante calendas martii” (sexto día antes del mes de marzo repetido), que correspondía a un día extra intercalado entre el 23 y el 24 de febrero por Julio César. En el calendario gregoriano, calendario hecho por el papa Gregorio XIII, este día extra se colocó al final de mes (29 de febrero). El 24 de febrero era el sexto día antes de las calendas (primer día del mes) de marzo. Los romanos no contaban los días del mes del 1 al 31, sino que tomaban tres fechas de referencia: calendas, nonas e idus. Para contar se incluía el día de referencia (en este caso, el 1 de marzo).

Luego os cuento esto con mayor detalle, pero ahora, veamos la verdadera razón por la que se debería añadir un día más al calendario cada cierto tiempo y cómo saber cuándo va a venir un año bisiesto y cuando no.

La Razón por la que debe haber un día de más es:

Para corregir el desfase que existe entre la duración del año trópico: 365 días 5 h 48 min 45,25 s (365,242190402 días) y el año calendario de 365 días. Esto requiere que cada cuatro años se corrija el año calendario por una acumulación no contabilizada de aproximadamente 1/4 de día por año que equivale a un día extra.

En el calendario juliano se consideraban bisiestos los años divisibles entre cuatro. Así, el año juliano duraba 365 días + 0,25 = 365,25 días, más que el año trópico, que consta de 365,242190402 días.

Según el calendario gregoriano, la regla para los años bisiestos es la siguiente:
“Un año es bisiesto si es divisible entre 4, a menos que sea divisible entre 100. Sin embargo, si un año es divisible entre 100 y además es divisible entre 400, también resulta bisiesto. Obviamente, esto elimina los años finiseculares (últimos de cada siglo, que ha de terminar en 00) cuyo siglo no es múltiplo de 4”.

Esquema para saber cuándo se da un año bisiesto



Es decir, la gran mayoría de los años que sean divisibles entre 4 son bisiestos. No lo son si su divisibilidad es entre 100 (como los años 1700, 1800, 1900 y 2100), a no ser que además sean divisibles entre 400 (como los años 1600, 2000 y 2400). En 400 años debe haber 97 años bisiestos. De esa manera el año del calendario gregoriano se mantiene muy parecido al año solar. Así el año gregoriano dura 365 días +1/4 -1/100 +1/400 = 365,2425 días (más que el año trópico, cuya duración es de 365,242198 días).

El por qué de los desfases


Los romanos y los años bisiestos


Transcurría el año 49 a. C., cuando el dirigente Julio César llegó a Egipto. Hasta entonces el calendario romano cargaba con siglos de desfases debido a su imprecisión. Entre otras cosas, Julio encontró un excelente calendario en las tierras de la faraona egipcia Cleopatra. Fue entonces cuando delegó a Sosígenes de Alejandría, astrónomo, matemático y filósofo, la tarea de diseñar un nuevo calendario a la altura y exactitud que el imperio necesitaba. Sosígenes entregó a Julio su calendario entre el 48 y el 46 a.C., basado principalmente en el calendario egipcio, pero conservando los nombres de los meses romanos. Este calendario poseía una duración de 365 días y un día adicional inicialmente cada cuatro años, para compensar un desfase natural producido por la revolución no sincrónica de la Tierra en torno al Sol.


Explicación del desfase natural en los calendarios

La compensación de los desfases que tenía acumulados el calendario romano obligó a que el año 46 a.C. se convirtiera en el año más largo de la historia, con 445 días de duración para compensar e iniciar nuevamente de cero. A este inusual año se le llamó "año juliano" o el "año de la confusión".
Ya los egipcios sabían que cada cuatro años la salida helíaca de la estrella Sothis (Sirius) se retrasaba un día, dando inicio al año nuevo. Sin embargo, doscientos años antes, en el concilio de Cánope, cuando pudieron hacer la reforma, los egipcios no la hicieron debido a pugnas entre las castas sacerdotales y la clase política.

Aproximadamente seis siglos antes, el rey Numa Pompilio había agregado los meses de januarius y februarius al ya maltratado año romano, y fue a este último, a februarius, al que se sumó el día adicional. Los romanos solían llamar calendas (o kalendas) al primer día de cada mes y contaban hacia atrás los días que hacían falta. El día primero de marzo se llamaba "calendas de marzo" o kalendas martias.


Antiguo calendario Gregoriano

En el calendario Gregoriano, utilizado actualmente, el 28 de febrero sería el día anterior a las calendas de marzo y el 27 de febrero sería el 3. El día antes de estas calendas (téngase en cuenta que hay que contar tanto las calendas como el propio día) y así sucesivamente, de modo que el 24 de febrero sería el 6º día antes de las calendas de marzo (ante diem sextum kalendas martias). La reforma de Julio César añadió un día tras el 24 de febrero el ante diem bis sextum kalendas martias. Con el tiempo continuó llamándose Bi-sextum o bisiesto, aunque se añadiera el día extra tras el último día de febrero.


Julio César


Este calendario fue oficial en Roma durante los siguientes siglos, incluso en el Concilio de Nicea se advirtió que había un error de Sosígenes, pero no hicieron nada por corregirlo, hasta 1582, cuando se adoptó el calendario Gregoriano.

Medición del tiempo (teniendo en cuenta años bisiestos)

Normalmente, en muchos problemas de Física, Matemática, Astronomía, etcétera, es necesario calcular determinada magnitud de tiempo en años. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones en el enunciado se añade una anotación que indica que se considere 1 año de 365 días. Esto se debe a que los años bisiestos pueden alterar bastante el resultado, y es difícil operar teniéndolos en cuenta.
Un caso en el que se aprecia claramente esto es que, aunque parezca que entre el año 549 d.C. y el año 2009 hayan pasado 1.460 años, en realidad han pasado 1.461, ya que, como cada 4 años hay un día más, cada 1.460 se acumulan 365, lo que incrementa el intervalo de tiempo en 1 año.

Generalmente, si los años no bisiestos son 1.460, la medición teniendo en cuenta los años bisiestos sería la anterior +1. Si fuera el doble de 1.460 (2.920), +2, y así sucesivamente en todos los múltiplos de 1.460 (salvo naturalmente 0).

Nota: el papa Gregorio XIII, asesorado por el astrónomo jesuita Christopher Clavius, el 24 de febrero de 1582 promulgó la bula Inter Gravissimas, en la que establecía que tras el jueves 4 de octubre de 1582 seguiría el viernes 15 de octubre de 1582.


Astrólogo


Con la eliminación de estos diez días desaparecía el desfase con el año solar. Para que no volviera a ocurrir, en el nuevo calendario se eliminaron tres años bisiestos cada cuatro siglos. Con lo anterior, el 4 de octubre de 1582 fue el último día del calendario juliano y el 15 de octubre de 1582 constituyó el primer día del calendario gregoriano. Por tal razón no existieron las fechas del 5 al 14 de octubre de dicho año.

Si se usan métodos actuales, el cálculo de fechas anteriores al 15 de octubre de 1582 siempre será erróneo, ya que se deben utilizar exclusivamente en retrospectiva hasta esta fecha y cambiar a cálculo de fechas julianas a partir del 4 de octubre de 1582, sin olvidar estos 10 días inexistentes.

Supersticiones y curiosidades sobre los años bisiestos



  • Febrero tiene 28 o 29 días. Sin embargo, tres veces a lo largo de la historia, y sólo en determinados países, ha habido un 30 de febrero.
  • La confusión tocó a su fin cuando, en 1712, hubo dos días bisiestos: este año contó con un 30 de febrero.
  • En 1929 la Unión Soviética (URSS) introdujo un calendario revolucionario en el que cada mes tenía 30 días. Por eso, en 1930 y 1931 existió un 30 de febrero en la URSS, pero en 1932 los meses volvieron a ser como antes.

Mala suerte


Cruzar los dedos para evitar la mala suerte


A pesar de esta mirada benévola, el 29 de febrero es, para muchos, un día siniestro. Otros le confieren poderes catastróficos. Algunos prefieren no ser tan pesimistas y lo ven como la oportunidad de celebrar exactamente su cumpleaños.

¡Y todo por culpa de los romanos! La idea de relacionar los bisiestos con fenómenos fatídicos proviene de esa cultura.

Chiste sobre años bisiestos y el fin de mes



Y el pensamiento se arraigó de tal manera que hasta se llegó a considerar que añadir un día más al mes era potenciar esa influencia “antivida”; los menos dados a pensamientos pesimistas prefieren entender el fenómeno como un simple ajuste técnico o matemático para hacer cuadrar un calendario al que, cada año, le sobran unas cuantas horas.

Sí, el 29 de febrero sirve para corregir el desfase que existe entre la duración real de los años normales: 365 días y seis horas aproximadamente, y es necesario ajustarlo cada cuatro años.

El año 2012 fue bisiesto y para los apocalípticos, fue un año terrible porque no sólo era bisiesto sino que además, el 21 de diciembre finalizaba un ciclo del calendario maya, por lo que los recelos y las predicciones de terribles catástrofes se multiplicaron mientras se iba acercando la fecha. Sin embargo, ese año pasó y seguimos aquí. El actual 2016 es bisiesto y no lo será más hasta el 2020. Y si llegara a suceder algo nefasto en este año, será por mera casualidad.


El Templo de Kukulcán en la zona arqueológica de Chichén Itzá.


Si bien algunos interpretan esta fecha como el surgimiento de una nueva era en que la humanidad alcanzará un estado superior, otros la visualizan como el fin de los tiempos. Claro que también hubo varios que se estremecieron ante la inminencia del 11-11-11 y el día transcurrió sin sobresaltos planetarios.

Otras creencias


Nació una leyenda en el siglo V en Irlanda para que cualquier día del mes de febrero en año bisiesto fuera la fecha idónea en la que una mujer pidiera matrimonio a su pareja. La tradición radica en las quejas de Santa Brígida a San Patricio acerca de que las mujeres tenían que esperar mucho para que un hombre les propusiera matrimonio. Ante el descontento, el santo consideró el año bisiesto un buen momento para que las mujeres pidieran matrimonio.

Si os apetece, hay una estupenda película basada justamente en esa tradición, si no la habéis visto, os recomiendo que la veáis porque está muy bien, es divertida, ingeniosa y por supuesto, romántica. En español su título cambia, como siempre que nos traducen las cosas sajonas, la mayoría de su sentido se nos pierde, pero en inglés se titula precisamente “Leapyear” que significa: Año bisiesto. En nuestro idioma se llama: “Tenías que ser tú”


Película Tenías que ser tú

También, antiguamente se decía que los niños que nacían en años bisiestos eran personas especiales, con poderes o que podían ser curanderos.

Periódico bisiesto


La Bougie du Sapeur, es un periódico francés que se publica una vez cada cuatro años. La publicación humorística nació en el año 1980, en homenaje al héroe de cómic Sapeur Camember, creado por el dibujante Christophe y nacido un 29 de febrero.

Tras 32 años de existencia, La Bougie du Sapeur, que no cuenta con versión digital pero si con un perfil en la red social Facebook, solo ha publicado nueve números. En el interior de la revista se encuentran las clásicas secciones de internacional o política, así como artículos satíricos o una telenovela. Según declaraciones del director de la publicación francesa, Jean d'Indy, al diario El Mundo, el periódico bisiesto también tiene una sede bisiesta, que solo se instala cada cuatro años, así como los periodistas y colaboradores que forman el equipo de redacción.


Periódico bisiesto: La Bougie du Sapeur


Con una tirada de 200.000 ejemplares y a un precio de 4 euros, la revista cuenta con un suplemento femenino llamado Sapeur Madame y otro dominical que solo aparece los días bisiestos que coinciden en domingo.


Y hasta aquí todo lo que he visto de interesante relacionado con los años bisiestos. Espero que a vosotros también os haya parecido igual de interesante que a mí. Os dejo con una preciosa imagen, de este año bisiesto.






FUENTES: WIKIPEDIA Y EL TIEMPO.COM

Nos vemos el próximo día, con un nuevo tema. Un saludo a todos y gracias por leerme.




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